jueves, 17 de diciembre de 2009

MAMA QUIERO SER TORERO...


Dicen que el torero nace, aunque también por supuesto se hace, pero no hay que poner en duda que en la niñez aprendemos por imitación y según vamos madurando se va confeccionando y rematando el carácter personal, sumado a las actitudes innatas con las que nacemos. Es un tema complicado, pero personalmente creo que un el figura del toreo un 90% es genético, el otro 10% se lo aportan. Pero hay un momento en la vida que te empuja a meterte de lleno en la profesión, acudiendo a la escuela donde delante de un maestro le vas a decir con tu palabra que optas y tomas la decisión de empezar la difícil y durísima profesion de matador de toros.

Podemos definir escuela de tauromaquia como aquel centro de formación donde se imparten los conocimientos teórico-prácticos sobre el toreo, desde coger los trastos hasta lo que es la lidia, además de ser un centro de formación artística, profesional, social y ante todo educador. Los objetivos específicos de una escuela a otra pueden varíar, pero hay unos generales en las que todas coinciden, y son los llamados objetivos sociales. Todas inculcan desde el primer momento que ser figura del toreo es como tocarte una lotería sin décimo, pero claro no imposible, muchos se quedaran en el camino, otros conformarse ( que no es poco ) con el añorable sueño de doctorarse en tauromaquia, por eso, decimos que en estos centros deben guiar y conducir por otros senderos. Lo primero es que los niños estudien, y vayan superando el curso escolar, lo segundo enseñar a vivir en torero, lo tercero adquirir valores que sean utilizados para resto de su vida; compartir, ayudar y respetar a los compañeros, saber estar, la verdad, disciplina ante los alumnos y profesores, seriedad ante el trabajo y así hasta que rellenemos todos los que hay, nos podíamos tirar un buen rato.

La escuela es la que va a poner la base del futuro torero, la forma de coger los trastos, lancear, banderillear, la lidia, clases teóricas, aprender a manejarse frente a añejos y erales etc, y a partir de ahí cuando estás manejado, lo demás dependerá de tí y ya no de la escuela, es decir, el ser figura del toreo lo tienes que poner tú con tus destrezas, actuaciones y sobre todo ayuda familiar, empresas apoderamientos. Este fenómeno de dejar la escuela e " independizarte " se produce cuando el diestro debuta con caballos.

Habrá ENTRENAMIENTOS FÍSICOS y duros ya que un torero debe estar físicamente al 200%( potencia aeróbica y fuerza ) porque el animal delante supone mucha fatiga, TOREO DE SALÓN, donde te cuajas técnicamente, EXPRESIÓN, para aprender como debe andar un diestro en el ruedo y cómo comunicar con el público,PSICOMOTRICIDAD, sobre todo para trabajar el ritmo que al fin y al cabo nos lleva a lo que es el temple,y dentro de este, el más allá también denominado torear despacio, así como aquellos entrenamientos que cada escuela quiera añadir.

Pero llega la hora de la verdad, una vez que vamos subiendo el primer escalón, llega la hora de decir " vamos al campo a torear una becerra ", donde se comienza a sentir, combatir, superar los miedos del animal y del público exterior. Es aquí cuando entra el maestro para enseñar al chaval/a a estar delante " tú sólo ", le dará sus instrucciones antes durante y después siendo un profesor racional, paciente, tranquilizador, exigente, enrazado y con ganas de sacar algún figura del toreo.

Es a partir de este debut donde comienza una larga travesía por el desierto, ovaciones, salidas a hombros, fama, pero también cogidas, pocas contrataciones, estancamientos, sin duda una lucha constante en la que tienes que atravesar la arena del desierto mirando siempre las dunas, con una botella al lado con poquita agua que bien puede ser rellenada o quedarse vacía, pero ahí dependen muchos factores. La botella la llenarás y la vaciarás tú, pero factores externos como la suerte, el toro, las mejores o peores gestiones, lesiones etc, también decidirán si llegas al final del desierto con la botella llena, te quedas en la mitad con media botella de agua o al poco de empezar tienes que arrojarla al vació porque no hay líquido ni fuente que te pueda rellenar. Sin duda alguna un largo camino, con baches que superarán pocos taurinamente hablando, pero personalmente triunfen o no les quedará el hobbye de poder quitarse el gusanillo haciendo tentaderos, y sobre todo unos VALORES que la escuela y la profesión te irán enseñando para afrontar la vida personal y profesionalmente, que nunca se olvidarán, estando siempre presentes en su cabeza teniéndolos de herramientas, y por su puesto sentirse feliz por haber y seguir viviendo EN TORERO tanto prácticando como aficionado, o ¿ por qué no? las dos cosas; observar y prácticar.

ARTÍCULO DE JULIO SAN MARTÍN MORENO

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