lunes, 17 de enero de 2011

Manzanares y la sinfonía...


Dicese, que una parte de acompañamiento a la faena, debe ser la música, aunque no esté del todo de acuerdo, ya que soy partidario de que la música ha de ser interpretada por el diestro, y coreada por el público, sobrando todo lo demás. Pero no lleguemos a tal purismo de la plaza de toros de Madrid, y centremonos en noches de relajación, emoción, inspiración, o como no, de sueño o toreo soñado, como tales artistas ( pocos capaces de hacerlo ) nos lo dejan clavado en la mente, sin capacidad de olvido, como si la faena cumpliera condena entre rejas de por vida. Y es que sin duda alguna, el toreo es emoción y arte, un desarrollo de una personalidad, una forma de expresar y comunicar a un público el significado de una destreza ante un animal, y sin olvidar, que el diestro es el hombre que concede ese gran favor para que tales aficionados se emocionen y su volumen de sangre vaya en aumento antes de sonar el primer aviso.

Pero a los que no están en directo en la corrida, les gusta disfrutar de momentos tranquilos en su hogar de una música relajada y a la vez que proporcione alegría, y a los que sí lo estuvieron, revivir el pasado en sus mentes, sin importarles volver a llorar viendo torear. Porque llorando también se alegran las penas, y Jose Maria Manzanares, es ese que cambia los momentos de stress y malos de la vida, por los esos de extroversión y disfrute. De aquellos ratos de no volver a la plaza, a acudir 1 hora antes al recinto para comentar la faena. Y para dar un golpe a la didáctica enseñar a aquellos jóvenes diestros que se sientan en las butacas, a olvidarse del cuerpo cuando se torea. Olvidar, que la cintura está engarrotada, que los hombros, se decaen como si cayeramos al mar, que el ritmo, se controla con la habilidad para templar, que el alma, es el que pierde al diestro en el tiempo durante la faena para realizar los pases eternos y con dulzura, y esa composición, que es esa llamada conjunción de una obra llena de estrofas, corcheas, pintura, taconeos, tempo, voz...

Cuando las partes de Manzanares se disgregan como electrones, y sus pases se realizan cadenciosos, con armonía, gusto, empaque etc, todas las partes negativas cambian de signo y cada mundo perdido se fusiona en esa corteza. Su faenas de menos a más, hacen romperse al cantante acompañante de la faena como a él mismo también, . Y es que Manzanares se hace ver como sinónmimo de música, acompañante de clase y arte, como monismo hombre-alma, porque cuando este se rompe, sus partes corporales funcionan en una personalidad ya impartida y mostrada por el joven maestro alicantino.

En definitica, su " yo " de torero de arte y clase, es fruto de su creencia en el verdadero arte de torear, de querer entusiasmar, enamorar y vibrar. De saber exprimir la acumulación de toxinas que se crean en el burladero, a base de toreo interno. Manzanares es toreo soñado con su acompañamiento corporal, diestro del subconsciente de muchos, y torero, torero, torero, de ruptura propia, como el artista componente de la canción. No se pierdan la faena y el gran acompañamiento musical, de un TORERO DE ALMA, Y DE VERDAD.

http://www.youtube.com/watch?v=5yjlzQQCQtQ



EXPRESIÓN DE JULIO SAN MARTÍN MORENO

JULIO SAN MARTÍN MORENO

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