miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA SONRISA DE LA ENCICLOPEDIA DEL PAULISMO...


Se dice que en días turbios lo mejor es cambiar la mente para no focalizar la atención en el problema, como también, en aquellos que uno siente alegría por dentro, haga usted todo lo posible por manifestarla al mundo medio. De un rato de tristeza a otro de sonrisas, de la cara a la cruz, o del éxito al fracaso. Así era Rafael de Paula según mis testimonios recogidos. Para otros aficionados, les cabía el perdón y la espera, para otros no. Pero lo que si hacía unis los dardos en la diana, y sonreir a todo el mundo, era su toreo. Él mismo era capaz de poner a un coso entero de acuerdo, porque su concepto y hondura a cámara lenta, hacía difícil la diferenciación de la velocidad al ralentí.

Pequeño era yo cuando Rafael terminaba su carrera, y cierto, que de lo que me acordaba era de un fracaso muy grande que tuvo en Madrid, nada más. El tiempo y la afición me haría retornar para conocer de cerca su toreo, y no me hizo falta ver muchos pases, con dos o tres lo había visto todo, al igual, que en el reportaje de tendido cero del sábado, en el cual Paula toreaba en el Puerto o San lucar ( no recuerdo bien ahora ). Tres verónicas cadenciosas hicieron saltar mis sonrisas y la emoción, ¡ que forma de dominar a un toro tan despaciosamente !, ¡ que natural ! ¡ que bieeeeeeeen !, y sobre todo, a la mitad de facultades por sus problemáticas rodillas, que aún así, no dejaron la articulación suya de la cadera como un poste, porque el acompañamiento de cintura en los pases, eran tan suaves como el movimiento de un compás.

Genio y figura, dentro y fuera de los ruedos. Sólamente los genios tienen esa capacidad de dar la vuelta a una hoya a presión estallada de silvidos y vociferantes comentarios. Las muñecas y su soltura en la forma de volar el capote, daba un vuelco a la moneda. Los silvidos se convertían en oles profundos.
Uno de sus grandes premios se lo concedió la Plaza de toros de Madrid en un paseillo lento y ralentizado, como era su toreo. Despacio hasta para salir del burladero, imprevisible, hasta ver la postura que iba a componer para saludar a aquel tendido de Las Ventas que rugía de aplausos. Este personaje fue Paula, genio de épocas, él en la suya y uno de sus discípulos llamada Morante de la Puebla, en la del siglo XXI. Y aunque a unos nos guste más y a otros menos, creo que el que es aficionado de verdad, no debería reprochar muchos matices sobre su toreo, porque carteles de toros hay muchos, pero de peculiaridad, contados con los dedos. Ellos podrían estar compuestos por la media verónica, el trincherazo, el cite de frente con la pata alante, las chicuelinas al paso llevando el toro al caballo, y como no hay quinto malo, su trincherazo roto y hundido en la arena. Los "cinco toreros" unidos, para dejar en la puerta grande el recuerdo en nuestras memorias, de lo que fue y quedará pegado en la Calle Alcalá " la enciclopedia recogida del paulismo "

"Lo más grande de torear, es soñar cuando se torea".

http://www.youtube.com/watch?v=6q3ak2oDh3o

JULIO SAN MARTÍN MORENO

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