domingo, 27 de febrero de 2011

27 de febrero, Morante fusiona las tauromaquias...


Un tal Jose Antonio Morante de la Puebla, paseó por la ciudad de MAdrid a la llamada por los aficionados románticos. DE paseo no significa mostrar vagueza, porque desde primer momento que le tocó mostrar sus andares sobre la arena, haciendo captar las miradas de lo que expresaba al mundo exterior. Que peculiar y bonito su paseillo, improvisado e imaginado tras la sorpresa de que al señalizar el presidente el comienzo, comenzara a tocar el pasodoble sin previo requerimiento de clarines y timbales. Pero Morante puede hasta con esos detalles, soluciona problemas a base de imaginación y repertorio. Nada es igual, todo personal, peculiar, llevativo, productivo, real, ensoñecedor, exótico. Y hoy fue día de recuerdos tras la muerte de Pepín Vázquez, pero desde el cielo hoy, Joselito el Gallo, Gitanillo de Triana, Pepe Luis Vázquez etc, estarían reviviendo hoy sus comienzos en la tauromaquia. Todo comenzó en el segundo de la tarde, Morante lo intentó, pero su capote se enganchaba con la calamocheante e incómoda embestida de su oponente, pero aun así hizose capaz de poderla con tres majestuosas y verdadeeras verónicas con el mentón hundido en el pecho. ¡ Que verdad y torería !, que fue a menos en la faena de muleta por el desfondado de raza colorado, al que le permitió sólo sacar dos tandas en condiciones. Con un momento expectacular, y fue, un comienzo de faena con ayudados, cambios de mano y pases de pecho rematados con un pase por la espalda de Joselito El GAllo ligado con un pase de pecho a ritmo sonoro largo.

Pero el cuadro intocable nació en el quinto, cuando menos se lo esperaba el público. Morante paraba el huracán paralelo a tablas com pases de la firma y trincherazos. Después, hondura con la mano diestra, espectacular con la mano zurda, temple, colocación, tiempos y firma con cuatro muletazos por bajo de final de faena a ralentí mexicano, como enloquece en el museo de las Ventas. Faena de dos orejas y rabo que los que están arriba permanecerían exaltados, al ver la unión de tauromaquias y la personal forma de domar y llevar al astado con ese embroque, empaque, hondura, suavidad, flexibidad y sobre todo, naturalidad con la mano en la cintura.

Juan Mora mostró detalles barrocos en el 1º, donde saludó de forma aceptable con verónicas a pies juntos. En la muleta, mostró su ya tan particular forma de torear a pies juntos, preciosa y valiente por momentos, y equivocadamente en otros. No se puede hacer el mismo toreo a todos los toros, y el primero se lo aceptó donde existió reunión de muletazos con la zurda de bella factura, y con sus particulares cambios de mano románticos. Y por otro lado no, y más con toros que te obligan a perderles pasos por su temprana forma de reponer. Ahí quizás pecara en el 4º, donde la faena se mostró como pegapases y citando fuera de cacho en todo el momento, claro que aunque el toro anduviera por encima de él, no existieron tantas diferencias entre ambos, porque si dos socios negocian mal, las relaciones se estrellan. Con el sobrero, una faena de entrega, valor, verguenza torera y afición. Sólo eso se motró con el silencio eclesiastico de la plaza, donde el peligroso, y dubitativo cuvillo, le solicitó carnet de experiencia. Juan lo llevaba más y más y más largo, pero el toro no tenía fuelle, y la faena quedó en muletazos de valor y entrega. Su gran habilidad con la espada hizo premiar también la oreja en el sobrero.

Manuel Jesús mostró mejores maneras que la pasada campaña por tierras de MAdrid, aunque para meter gol, hay que disparar dentro de las redes. Poco tuvo con el descordinado 3º que tenía que haber sido devuelto, aunque tampoco El Cid lo iba a lucir citando desde Salteras. Se llevó el mejor lote de la tarde, un gran toro por el pitón derecho y con corto recorrido por el izquierdo. MAnuel Jesús con toda la verdad le ofreció distancia. Allí llegaron tres buenas tandas por la diestra con una MAnuel encajado y desmayado. Después, la faena empezó a sufrir altibajos donde el toro se le hizo un poco grande al Cid. Finalmente fue premiado este astado jabonero enrazado y don fondo, con la vuelta al ruedo.

De los desrazados Cuvillos no se acordaba nadie, y lA tarde concluyó con la salida a hombros del Cid y Morante, con un clamor similar al que escuchaba CAmarón en sus obras. Flamenco y toros, hoy unido por el otro maestro sevillano, al que las palmas por bulerías acompañaron al arte `puro de la fiesta, que a día de hoy y de la historia, pueda llamarse Jose Antonio Morante de la Puebla.

CRÓNICA DE LA CORRIDA DE VISTALEGRE: JULIO SAN MARTÍN MORENO

1 comentario: