sábado, 14 de agosto de 2010
LA VERGUENZA DE LA FIESTA...
Hoy en nuestros días, la palabra público ha sobrepasado a la de respetable. Como su nombre indica, la misma palabra hace referencia al respeto, y sobre todo de la persona que paga sus 20, 25 euros o más, por acudir a un espectáculo llamado corrida de toros. Pongámonos en la situación de diferentes ramas del arte. El cine, donde realmente se abona una cantidad por disfrutar del buen oficio de actores verdaderos. El circo, donde en sus años atrás la gente dejó su dinero en taquilla para disfrutar de Miliki y Rita. O sin más, el flamenco, donde PAco de Lucía lleno Las Ventas para hacer sentir al respetable con su interpretación. Y ahora, quitemos a este último su verdadera guitarra con su peculiar sonido, y pongamos una de menor calidad, a la suma de que este fantástico artista tocara con una mano en vez con las dos. ¿ Qué pasa ?, el público se enfada y acusaría al artista de ladrón. Como así debería haber sido esta tarde en la plaza de toros de Agudo ( Ciudad Real ), donde los tres primeros toros podían haber acompañado al Señor Barragán para hacer reir a sus seguidores del " no te rías que es peor ".
Uno, sintonizaba la televisión con la ilusión de ver a dos toreros en remontada, como son Víctor Puerto y Miguel Abellán. Mientras, allá por el toril salían los tres primeros lotes de la tarde desiguales, afeitados, con cuernos de chocolante, con chepa como fue el segundo, sin rematar...
Hagase valer que es una plaza de tercera, entendido por todo el mundo, pero no quita eso de ver el espectáculo real con toros de presentación apta, que haga justificar la realidad del espectáculo que el público acude a ver, y sobre todo por los 20,25,30 que pueda costar la entrada. ¿Y ahora que? eso sí, el público encantado por el número de orejas que se cortaron, un total de 6, y todo sin emplearse un toro en la muleta. Inválidos hasta para haber llamdo a la grúa para poder moverlos, y con presentación, más digna de espectáculo de bombero-torero que de la verdadera corrida de toros.
Pues esta, es la realidad de la fiesta en cientos de pueblos de la península, en parte porque los empresarios, veterinarios, diestros, apoderados perdieron el respeto al RESPETABLE, Y y porque también este, no se hizo valer como su nombre indica. ¡Que pena que las palmas de tango de plazas de primera no pudieran ser enviadas a estos cosos por palomas mensajeras!, así, el público de cientos de cosos, no sería engañado, y se les haría ver, que una persona que abona su cantidad debe exigir por lo menos no ser engañada. Como también, ciertos taurinos, deberían aprender lo que es la honradez, la verguenza torera, defendiendo, LA PUREZA Y LA INTEGRIDAD DEL ESPECTÁCULO.
OPINIÓN DE JULIO SAN MARTÍN MORENO
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