martes, 22 de junio de 2010

LA CHICA YE-YE SE CARGA UNA GRAN FERIA...


¡ Nooooooo te quieres enteraaaaaaaar ! yeeeeee yeeeeeee...
Así se vive una tarde en Pamplona de las llamadas " corridas de toros ", que en la capital del Reino, no se que sentido tiene. Llamese a Pamplona, plaza de segunda, con consideraciones de plaza de primera, donde prima un toro con bonita estampa, de impecable presentación y seriedad, y sobre todo, de belleza para los feriantes y turistas que llenan la ciudad del 7 al 14 DE Julio. Por la tarde, a cosa de las 18:30 hay anunciado un cartel que pone " corrida de toros ", donde público, toro y torero marcan el significado del ritual. Pero una de esas tres falla en Pamplona, la palabra público, donde mientras un torero sale con sus trastos a jugarse la vida, media plaza del sol anda tirándose vino a las camisetas, dando voces que no vienen a cuento, gritando uyyyy cuando el diestro pincha, y como remate, la chica yeye como si de un concierto se tratara. Claro, muy bonito de primeras, muchas risas entre amigos a la hora de contarlo, pero vamos a la seriedad del espectáculo, y hablar de toros y aficionados por derecho, dicho taurinamente, citando en el sitio. Ya llegó la hora del " basta ya " por parte de algunos diestros ( como Morante ), por fin digo yo. No quieren algunos diestros ni aparecer por allí, algunos con más de un euro en su cuenta corriente, dice que baje heninwuey a torear, porque aquello es un suplicio. El toro más serio de España, junto a Madrid y Bilbao, aparece por toriles. Los Yankis ni se enteran, llevan una torrija que no saben de que color es su piel, y allí sale un tío, a jugarse la vida. SAludo capotero buenísimo, aplauden 4 de sombra, mientras los del botellón, a lo suyo. Llega la hora del picador, más ruido que una ambulancia ¡ picalooooooooo ! se oye desde la grada. Allí cada uno intenta colocarse para banderillear, la lidia nefasta a causa de la poca concentración del sol que da saltos y ofrecen alcohol a los de arriba. Pero en la muleta llega un Morante con su hondura, y los de la andanada tirando vino al tendido alto. El diestro intenta gustar al público, se pone a llorar porque nadie le hace caso, excepto la sombra, que le da la palmadita en la espalda diciendo, ¡venga no pasa nada!. Ya después de tantos años, pudiendo lidiar en un pueblo, salta de alegría el diestro sevillano, ¡huyo de la cárcel!, ¿ qué hice yo para pasar el trago de Pamplona sin reconocimiento?, el año que viene, que venga la cuadrilla de la casa de Misericordia a torear, y el digital plus en mi caso, a llevarse mi aparato porque no soporto 5 minutos de corrida en esa nefasta plaza.

¿ Quién pondrá fin a esa discoteca? no creo que a la casa de Misericordia le compense, cuando todos los días la plaza da euros, euros y euros. Lo siento por esos aficionados de sombra que van a ver los toros seriamente, pero hoy Pamplona es el mayor pueblo que existe en el mundo, donde una mitad del sector cree que hay un robot en el ruedo, en vez de una persona con unos sentimientos, una ambición, unas ganas, y sobre todo, un miedo a vencer con capote y muleta. Eso el público pueblerino no hace vista aguda, ni tampoco los que ríen las gracias a aquel jolgorio, y mientras se lleven las riendas sueltas con el desbocado caballo del tendido del sol, Pamplona, obtendrá la feria que merece, sin un figurón como Morante, y siendo " un pueblo donde deben acudir los chavales para ser oídos en el resto de la tauromaquia nacional ". Vease a Oliva Soto, donde su toreo pinta allí lo que un borrico en un garaje.

¡Que razón tenía Curro Romero! cuando decidió no acudir más a esa impresentable plaza. Un capote tan de verdad, tan templado, tan puro, con un toro tan serio, y sin oir los oles por culpa de los choque del hielo en el vaso de cubata de algunos, en fin...
De lo más digno que posee esa ciudad ( taurinamente hablando ), es su precioso e incomparable ambiente de su encierro matinal, donde por la tarde, el toro sale de otra manera al ruedo, más suelto muscularmente, lo que impide los calambres previos algunas veces vistos en la plaza de LAs Ventas o Sevilla ( por ejemplo ). Por lo demás, le falta sólo el camión para llevar al toro en el arrastre, como en las plazas antiguas de carros. Y perturbará en el tiempo mientras el sol se ensañe con sombra, luego claro, es que la sombra no se viene arriba en banderillas, es que se raja. Simplemente, si este año se cae el genio sevillano, es porque Pamplona tiene lo que se merece. Disculpemé la sombra, no se asusten del silencio de Sevilla, allí están en los toros, y en su cuidad la discoteca más grande del mundo donde falta el megatrón en la vuelta al ruedo. Ahora les toca a ustedes, lidien con el sol, porque yo, no enciendo más el televisor. Allá cada uno con su sensibilidad...

OPINIÓN DE JULIO SAN MARTÍN MORENO

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