Se lidió un encierro de Perez- Tabernero, con una salida de chiqueros de sus ejemplares avanta, sin rematar un burladero e intentando buscar las querencias y salida. 1ºy 5º manejables que fueron a parar al Señor Amaya que confirmaba su alternativa. Los demás, toros con genio, para clavar los pies en la arena y tirar de valor, pero no fáciles de manejar.
- Alejandro Amaya. Estuvo voluntarioso en su confirmación, pero se le vino muy grande el toro de Madrid, las responsabilidad y su falta de oficio. Le faltó echarle valor ante sus lotes para enganchar alante con la muleta y llevar al toro con la mano baja. Tuvo un quinto toro con una pitón derecho que se desplazaba muy bien, en gran parte por la buena brega que realizó su peón enseñándolo bien a embestir y llevándolo largo. En la suerte suprema, muy honrado pero sin echar la muleta abajo, y así, muy difícil matar.
- Alfonso Romero anduvo desconfiado con su primer lote, y algo mejor con su 4º toro. Pero faltó torear más ceñido, mucho culo para afuera, mucho citar fuera de cacho y mucho torear en línea.
- Antón Cortes, pues anduvo desonfiado y con poco valor. Observe que no parecía venir lo suficientemente preparado para torear en Madrid, con errores técnicos a la hora de volar el capote y muletear, sumándole y acompañando a estos dos matices técnicos, la falta de eso valor que lleva al torear bien. Una verguenza los descabellos, no se puede descabellar dos metros del toro, porque para matar, hay que querer matar y no hacerlo como si se tratara de la pistola de la Guardia Civil.
Detalle muy bueno de un monosabio que hizo un par de quites buenos para que el toro no fuera al caballo, y otro por parte del tendido 7, en el cual el periodista de CAstilla la MAncha se puso a entrevistar a un apoderado, mientras su torero estaba muleteando lo que provocó las voces del público para que le dejasen en paz. Señores estamos en Las Ventas, el apoderado debe estar con sus torero, y mientras esté la faena, no debe haber aclaraciones, porque como dijo un aficionado, no estamos en Mondejar.
- Alejandro Amaya. Estuvo voluntarioso en su confirmación, pero se le vino muy grande el toro de Madrid, las responsabilidad y su falta de oficio. Le faltó echarle valor ante sus lotes para enganchar alante con la muleta y llevar al toro con la mano baja. Tuvo un quinto toro con una pitón derecho que se desplazaba muy bien, en gran parte por la buena brega que realizó su peón enseñándolo bien a embestir y llevándolo largo. En la suerte suprema, muy honrado pero sin echar la muleta abajo, y así, muy difícil matar.
- Alfonso Romero anduvo desconfiado con su primer lote, y algo mejor con su 4º toro. Pero faltó torear más ceñido, mucho culo para afuera, mucho citar fuera de cacho y mucho torear en línea.
- Antón Cortes, pues anduvo desonfiado y con poco valor. Observe que no parecía venir lo suficientemente preparado para torear en Madrid, con errores técnicos a la hora de volar el capote y muletear, sumándole y acompañando a estos dos matices técnicos, la falta de eso valor que lleva al torear bien. Una verguenza los descabellos, no se puede descabellar dos metros del toro, porque para matar, hay que querer matar y no hacerlo como si se tratara de la pistola de la Guardia Civil.
Detalle muy bueno de un monosabio que hizo un par de quites buenos para que el toro no fuera al caballo, y otro por parte del tendido 7, en el cual el periodista de CAstilla la MAncha se puso a entrevistar a un apoderado, mientras su torero estaba muleteando lo que provocó las voces del público para que le dejasen en paz. Señores estamos en Las Ventas, el apoderado debe estar con sus torero, y mientras esté la faena, no debe haber aclaraciones, porque como dijo un aficionado, no estamos en Mondejar.
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